Hoy a 10 años de la creación del Área celebramos con inmensa alegría el intenso trabajo y las experiencias compartidas, agradeciendo a cada una de las personas y de las instituciones con quienes hemos interactuado, por su colaboración para la visibilización de la temática de la orientación vocacional y ocupacional (OVO) desde una perspectiva inclusiva.
Como Área asumimos el desafío de generar condiciones de posibilidad para una OVO que desde una perspectiva de derecho, involucre a los profesionales de la orientación- más allá de aquellos que específicamente elijan trabajar con “personas con discapacidad”; entendiendo que es sólo desde ese lugar que podremos genuinamente elegir orientar. Acompañando en la construcción de aquello que cada sujeto desde su singularidad desea y requiere; promoviendo a través de la palabra la expresión de los propios proyectos.
Nuestro punto de partida es de modo insoslayable una posición ética entendida como escucha que circula transversalmente en nuestros abordajes. Ética desde la cual cobra sentido interpelarnos en nuestro quehacer y nos convoca a avanzar en la construcción del rol profesional orientador desde las distintas funciones que desarrollemos.
Nuestra propuesta se entrama con la convicción de que un proceso de orientación vocacional es inclusivo cuando se construye desde una lógica que lo abarca y define de modo necesario aunque, sabemos, no suficiente. Esto es, cuando promueve la reflexión de las representaciones que circulan acerca la discapacidad; minimiza y/o elimina barreras así como también cuando desarrolla estrategias inclusivas y dispositivos tales que garantizan el derecho de todo sujeto a realizar consultas de orientación para la construcción de sus propios proyectos educativos y/u ocupacionales a lo largo de la vida.
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