miércoles, 12 de abril de 2017

ORIENTAR, CAPACITAR, INCLUIR ... DESINSTITUCIONALIZAR

Carro Evangelista D_3_RESUMEN/TRABAJO

1. Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina; 2. APAND- Asociación Pro Ayuda al Niño Discapacitado.
1. deliace@gmail.com
2. teresitazuloaga@hotmail.com


RESUMEN
Este trabajo refiere acciones  desarrolladas por APAND, Asociación Pro Ayuda al Niño Discapacitado, ONG  que desarrolla sus actividades en la comunidad de Baradero, provincia de Bs. As, desde 1982,  desde su Escuela de Educación Especial y de Formación Laboral. El enfoque de las acciones organizacionales, tanto grupales como individuales,  tendió siempre a que fuera superador de los estándares vigentes en  la época y, si bien fueron oportunamente criticados por ello, se abocaron a propiciar, difundir y diseñar estrategias hasta  poder concretar el derecho indiscutible no sólo a la  inclusión plena en la  comunidad sino a la  inclusión laboral de todas las personas con discapacidad intelectual que les fueron derivadas, con excepción de las discapacidades severas por sus limitaciones extremas. Se aplica una suerte de orientación y tutoría de resultados satisfactorios ya que se han alcanzado anualmente diversos porcentajesde inclusión laboral, en oportunidades, de hasta un 90%, tanto en ámbitos público y privado como autoempleo.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Palabras clave: discapacidad intelectual, derecho, trabajo, inclusión, orientación. 
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hemos construído nuestra mirada sobre el tema a partir del  trabajo  desarrollado por APAND, Asociación Pro Ayuda al Niño Discapacitado, ONG  sin fines de lucro que desarrolla sus actividades en la comunidad de Baradero, provincia de Bs. As, desde 1982.
Baradero es una ciudad de 40 mil habitantes, ubicada a 140 km. de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con todas las actividades propias de las ciudades del interior. Se encuentran algunas industrias: cerealera, arenera, de la construcción, el turismo y otras de menor importancia, ninguna de las cuales llega a tener una fuerte impronta comunitaria. Podríamos pensar que hay una  preponderancia de la actividad agropecuaria pero tiene muy poca específicidad  en lo referido a los puestos laborales. 
APAND nació sosteniendo consignas apoyadas en valores sociales  que hoy todavía son su ideario y baluarte: 
  1. Todos los hombres tienen derecho a las mismas posibilidades de desarrollo.
  2. La solidaridad  es un derecho indiscutible de todos que estimula la participación en pos de un mundo mejor. 
  3. Las Organizaciones de la Sociedad Civil - OSCs,  son uno de los medios idóneos para concretar las políticas sociales de la democracia. 
  4. La discapacidad no tiene fronteras sociales ni geográficas y tampoco las tienen las soluciones. 

El primer servicio que habilita la Asociación es un servicio educativo que fue rápidamente reconocido oficialmente por la ex DENO, actualmente  DIPREGEP - Dirección Provincial de Escuelas de Gestión Privada de la Pcia. de  Bs. As., y en esa oferta educativa contábamos con una escuela laboral diciendo …‘’que los jóvenes necesitan un medio óptimo para desarrollar todas las actividades, también necesitan un tiempo más prolongado y propio a cada uno de ellos así como situaciones de aprendizaje que respondan a sus reales habilidades físicas y naturales‘’(Consejería Educación).
La escuela estuvo complementada por las modalidades de atención ambulatoria,  en Centro de  Día y en Hogar Permanente, según las  necesidades de los niños  y adolescentes derivados.
La ONG inició su trabajo con niños y adolescentes con discapacidad  intelectual y luego debió ampliar su cobertura a jóvenes adultos y adultos porque llegado el momento, no tenían grupo de pertenencia con el cual egresar para una vida autoválida en familia. 
La  procedencia de estos niños siempre fue variada así como su nivel social: unos llegaban derivados por sus obras sociales; otros, conjuntamente por la  justicia civil e instancias gubernamentales tales como la Dirección de Minoridad de la Pcia. de Bs. As.; las instancias especializadas del Gobierno de la Ciudad de Bs. As., del gobierno nacional o de gobiernos de provincias del interior del país. Un grupo muy numeroso de estas derivaciones proviene de otras comunidades debido a que se cuenta con pocos servicios de atención integral que abarquen diversos niveles de la discapacidad y puedan ubicarlos en hogares especializados considerando siempre la vulnerabilidad socioeconómica y la dificultad para el acceso a los derechos oportunamente propiciados por  las  Naciones Unidas desde la segunda posguerra, retomados por la ley N° 22.431/81 y consagrados recientemente por la Convención sobre los Derechos de la Persona con Discapacidad a través de la Ley N°26.378/08 e incorporada al art. 75 de la Constitución Nacional por Ley N° 27.044/14.
Consideramos necesario que se conozca que una característica típica  y habitual de estas derivaciones siempre estuvo constituída por enormes demoras en los pagos de las  prestaciones con el consecuente perjuicio hacia la  organización y el mantenimiento de la calidad de la atención. Esto ha sido sufrido tradicionalmente por el conjunto de las  organizaciones dedicadas a la atención de la discapacidad.
En nuestro caso, el enfoque organizacional de la intervención, tanto grupal como individual,  tendió siempre a que fuera superador de los estándares vigentes en  la época, siguiendo las periódicas recomendaciones emanadas de diversas instancias de las  Naciones  Unidas de las que fuimos fieles seguidores junto con otros profesionales  coetáneos. 
Por ejemplo, diez años antes de que APAND iniciara sus actividades, la Asamblea General de la ONU (1971) proclamó la "Declaración de los Derechos del Retrasado Mental"(sic)  y poco después, el Comité Administrativo de Coordinación junto con las áreas pertinentes de la OIT, la UNESCO, la OMS, la UNICEF y el PNUD elaboraron un informe recomendando que las acciones de rehabilitación se integraran con programas básicos de servicios médicos, educacionales y de formación profesional.
Si bien por ello, la ONG y su staff fueron oportunamente criticados por otras organizaciones que aplicaban una metodología más tradicional y tenían más capacidad de acceso a las instancias gubernamentales, nunca dejamos de abocarnos a propiciar, difundir y diseñar estrategias acordes a esas normativas de avanzada, hasta  poder concretar el derecho indiscutible no sólo a la  inclusión plena en la  comunidad sino a la  inclusión educativa y  laboral de todas las personas con discapacidad intelectual que nos fueron derivadas, con excepción de las discapacidades severas por sus limitaciones extremas.
Tradicionalmente, hemos observado que desde que una organización recibe a un niño con discapacidad en los ámbitos educativos, comienza a “prepararlo” para el futuro aplicando técnicas excluyentes que lo mantienen en un estado de infantilización (Borgna, 2014) a medida que crece: "si haces esto bien, te doy este premio; si haces este mandado,  te quedas con elvuelto; si dejas de portarte  mal te hago un regalo,etc". Algo muy parecido al primer escalón del soborno, triste modelo de desarrollo.
APAND se centró en desarrollar en los niños, adolescentes y jóvenes las posibilidades de aprender a vivir en compañía, compartir con  otros, divertirse en grupo,  seleccionar sus amigos,  poder ser ellos mismos y vivir una vida propia, etc., en permanente integración con  la comunidad. 
Y tal como indicaba la currícula oficial, en la Escuela de  Formación  Laboral se dictaron los siguientes talleres: Albañilería, Armado, Carpintería, Cerámica, Cocina, Costura, Jardinería y Horticultura, Servicios…
Los primeros pasos tanto de la Escuela de Educación Especial como de la  Escuela de  Formación  Laboral se realizaron con alumnos de la comunidad de Baradero y de las ciudades vecinas dado que eran las  únicas escuelas especializadas en la región y es dable recordar que los alumnos concurrían en desvencijados micros de transporte escolar.
Antes de avanzar en el relato, es imprescindible definir qué es el trabajo y la actividad  de trabajar así como la acción de incluir para tener presentes sus felices consecuencias desinstitucionalizadoras. Para ello nos vamos a guiar con las etimologías  y acepciones del diccionario de la Real Academia Española (RAE).
  • La palabra "trabajar" proviene del latín vulgar "tripaliāre" que se traduce como "torturar" y deriva del latín tardío "tripalium" que significa "instrumento de compuesto de tres maderos". Lo que se traduce como "instrumento de tortura compuesto de tres maderos".Visto desde el humor, esta definición permite entender por qué muchos toman al trabajo como una carga pesada, como una tortura y no pueden encontrar placer ni realización en él. Sus acepciones son: Ocuparse en cualquier actividad física o intelectual / Tener una ocupación remunerada en una empresa o una institución/ Ejercer determinada actividad, profesión u oficio/ Cultivar la tierra/ Intentar conseguir algo, generalmente con esfuerzo/ Aplicarse o dedicarse con esfuerzo a la realización de algo/ Elaborar o dar forma a una materia. 
  • Siguiendo la etimología latina, "trabajo" sería una penalidad, molestia, tormento o  suceso infeliz. Las acepciones de "trabajo" son: la acción y efecto de trabajar /  Ocupación retribuída/ Co Cosa que es resultado de la actividad humana / Esfuerzo humano aplicado a la  producción de riqueza, en contraposición a capital.
  • Incluir proviene del latín "includĕre" y sus acepciones son: Poner algo o alguien  dentro de una cosa o de un conjunto, o dentro de sus límites / Referido a una cosa, contener a otra o llevarla implícita.

Respecto de nuestro alumnado, entendemos que:
  • Trabajar es  ejercer una determinada actividad, profesión u oficio.
  • Trabajo es una ocupación retribuída.
  • Incluir es facilitar que alguien participe de o integre un conjunto que lo contiene.

Desde el ingreso a la Escuela de Formación Laboral, es necesario diseñar un proyecto de capacitación para cada alumno, basado en sus  intereses, aptitudes y actitudes, tratando a cada joven como "un caso particular de lo posible", según nos dice Bourdieu (1997), siguiendo a Bachelard.
Si para brindar orientación únicamente se tomara en cuenta la historia laboral de las familias, el enfoque sería fácil y sencillo: si los padres realizan tareas  rurales, el joven debe prepararse para lo mismo; si el padre trabaja en la construcción, el joven debe llegar a ser ayudante de albañil, etc. O considerado desde la discapacidad, si las personas con lesiones cerebrales tienden a realizar acciones repetitivas, correspondería emplearlos en fábricas, en sectores donde realicen acciones repetitivas. De este modo, se estaría tomando un camino lineal totalmente contraproducente. 
En este punto, es necesario dejar en claro cuáles son las acciones orientadoras de los profesionales, técnicos, docentes, encargados de hogar y líderes de grupo que permiten lograr la  integración sistémica de la  persona con discapacidad intelectual a una determinada  actividad. Debe tenerse en cuenta que a esa persona no sólo le gusta realizar esa actividad sino que demuestra habilidad para ella. El objetivo a lograr es que trabajando obtenga el nivel de realización personal y social posibles, en el marco de la comunidad donde vive sin dejar de considerar las barreras existentes en el entorno (Vallejos, 2014). Porque una adecuada y orientada inclusión laboral tiene que ver con la capacidad del formador y no del alumno. Cómo se llega a la conclusión de que el alumno debe aprender una técnica y no otra? Por ej., aprender bacheo para un puesto en un bar o restaurante y no repostería sencilla?
Es una  tarea laboriosa que incluye a todos y cada uno de los adultos responsables de la atención en la escuela,  en el hogar donde residen, en los  paseos por la comunidad, para que haya una unidad de criterio y un mismo universo de discurso ante cada joven. 
Nuestras técnicas son sencillas.  Parten de la  observación (De Ketele, 1984) de las actividades grupales, de la detección de aptitudes y habilidades, de conocer la  historia laboral de la familia - en caso de que la tengan -, de escuchar con atención cuando explican qué les gusta o no les gusta hacer, qué desearían aprender y para qué, cómo realizan las diversas actividades de la vida diaria en las que participan, hacia qué actividades se dirigen espontáneamente, cuáles son sus actitudes ante todo ello. 
El complemento es el trabajo personalizado, uno a uno, para que cada joven sea "un caso particular de lo posible", tal como se expresó anteriormente y se realice un verdadero "proceso educativo opuesto al proceso aleatorio y al laissez faire" (De Ketele, op.cit.), con "una especial consideración en la personalización y máximo aprovechamiento de las enseñanzas, en la consecución de los resultados de aprendizaje vinculados a las competencias profesionales respondiendo a un modelo de educación inclusiva que permita a este alumnado alcanzar los objetivos" (Consejería Educación). 
El registro de esas observaciones se comparte en las reuniones de los equipos de cada Hogar y de cada nivel educativo. Luego, se van presentando las conclusiones al equipo de la ONG, donde se indican o sugieren nuevas líneas a seguir con cada uno de los  jóvenes. Es una tarea que lleva tiempo, porque se le ofrece a los  jóvenes  la  posibilidad de incursionar en lo que desean aunque no demuestren la aptitud, acompañándolos en la comprensión de las dificultades que encuentran y reorientándolos a nuevas experiencias.
Observar, escuchar y brindar al joven la posibilidad de realizar variadas experiencias, realizar visitas a posibles lugares de empleo para que observen la actividad, ver películas relacionadas y participar de un intercambio sobre el tema, dar tiempo de maduración y decantación,  facilita el proceso de elección de actividad laboral. 
La orientación laboral de los  jóvenes requiere de acciones  concretas de inclusión, por lo que en el año 1993 la ONG inauguró un taller protegido con una impronta diferente a los talleres protegidos tradicionales, guiándonos por el art. 1° de la Ley 24.147/92 sobre Talleres  Protegidos para Trabajadores con Discapacidad.
La diferencia radicó en que se decidió que los jóvenes realizaran la producción a puertas cerradas sino  que pudieran mostrarse  trabajando y participando de la comercialización. Para ello, se abrió un local a la calle en el que alumnos egresados de la Escuela  de Formación Laboral confeccionaban y vendían bolsas de nylon. 
De este modo y en forma sucesiva, en distintos lugares se establecieron diversos  grupos de personas con discapacidad que habían cumplido un proceso de formación, de orientación vocacional en el ámbito educativo si así se nos permite llamarlo y que fueron diseñando distintos modelos laborales en los que produjeron bloques tipo ladrillos, postes para alambrados, canastas, escobas, se criaron animales de granja como cerdos, gallinas, patos, etc. También se organizó una carpintería para trabajos de demanda rápida que requerían  reparaciones  y/o armado; una radio FM que se encuentra en funcionamiento, sin olvidar los desarrollos individuales de otros  jóvenes como colocadores de Durlock, aparceros rurales o jardineros (OIT, 1996/2016).

Todos estos proyectos tenían tres niveles de sustentabilidad económica: 
En principio, los fondos que aportaba la Asociación;  en segundo lugar, los fondos aportados por la ex Dirección Nacional de Discapacitados dependiente del ex Consejo Nacional del Menor,  en  el marco de la Resolución MSyAS N° 540/90 Programa de Tratamiento Social,  por cada proyecto laboral presentado y que la Unidad Ejecutora de los Fondos hubiese aprobado. Cada uno de estos proyectos, para ser  aprobados requerían que el mismo fuera viable, que se pudiera autosustentar económicamente y que la persona solicitante con discapacidad, dominara la técnica.  El proyecto aprobado proporcionaba la maquinaria y herramientas  necesarios para la actividad, elementos que se entregaban a nombre del/los  solicitante/s y pasaba a pertenecerles. Entre 2005 y 2015, las herramientas  y maquinarias fueron provistas por el programa de Talleres Familiares del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación con el apoyo e intermediación de la CONADIS. 
La maquinaria y herramientas se instalaban en el domicilio familiar del solicitante y las actividades laborales podían integrar a otros miembros de la familia. Una vez afianzados en la  producción, se les acompañaba en la formación de micro o pequeñas empresas. 

Y consecuentemente y en tercer lugar, la sustentabilidad provenía de la autofinanciación.

De este modo,  se alcanzó uno de los objetivos en el sistema de  valores de APAND, que fue  y es propiciar en breve tiempo, la desinstitucionalización.
También se hicieron algunas incursiones en el trabajo domiciliario, tales como pintar autitos de madera, armar juguetes y tareas de menor exigencia como el armado de bolsas de papel que se comercializaban en la misma comunidad.
En este punto es necesario dejar en claro que se ha respetado la idiosincracia de cada uno de nuestros alumnos dado que proceden de las más diversas extracciones socioeconómicas y algunos traen sus propias costumbres cotidianas así como un conocimiento de lo laboral muy arraigados.   
Por ello, nunca se ha forzado al hijo de cartoneros a una actividad distinta si lo que deseaba era dedicarse a la recolección de los residuos reciclables, a la selección y clasificación de los mismos inclusive en el basural municipal propiamente dicho sin perjuicio de que pudiera participar de  todas  las otras opciones ofrecidas por la Escuela y reorientarse a futuro. Consideramos importante que no se sintiera rechazado ni discriminado por la actividad que proponía. De ese modo, algunos han formado parte del último proyecto de cooperativas de trabajo que tuvieron una importante captación laboral en los pueblos de la Pcia. de Bs. As. y que, en la comunidad de Baradero, han logrado ser empleados por la Municipalidad en el barrido de las calles y en el cuidado de parques y plazas, pasando del trabajo precario al ejercicio del trabajo decente y digno(OIT, 1996/2016), gozando de medidas de protección laboral.

Para una estimación cuantitativa de la cantidad de alumnos que pudieron ser ubicados laboralmente, ante todo debemos diferenciar  a los  que pueden aspirar a la participación comunitaria y a la  inclusión laboral, de aquellos que por la severidad del nivel de su discapacidad o multidiscapacidad son personas totaldependientes que sólo pueden recibir asistencia para cubrir todas sus necesidades de higiene, alimentación, vestimenta, movilidad, etc.
 Este es un grupo muy numeroso asistido por nuestra ONG y, como ya se dijo, provienen de otras comunidades en las que no existe un servicio similar, lo que implica prevenir la desvinculación familiar facilitando los traslados de padres y otros familiares en situación de  vulnerabilidad socioeconómica. 
Considerando el grupo de los jóvenes que  ya han egresado o a aquellos que ingresaron directamente a la capacitación laboral por estar en edad de comenzar a trabajar, podemos decir que la inclusión laboral es del 93%. Es un índice alto que nos sorprende cuando recapitulamos el trabajo realizado con cada uno en particular.  
Para finalizar, nuestra ONG  continúa sosteniendo los cuatro principios propuestos cuando inauguramos la Escuela de Formación Laboral. Del mismo modo,  nuestra clasificación del trabajo responde sólo a las  posibilidades de cada una de las personas con discapacidad. Entendemos que no hay posibilidad de que se realice ningún trabajo si no despierta en la  persona el deseo de levantarse por las mañanas enfocado en la actividad, sintiendo pasión por lo que hace y va a hacer y aprendiendo el manejo independiente de la remuneración que reciba, recursos personales y sociales que le abren el  camino de la desinstitucionalización.


REFERENCIAS

Bourdieu P.: Razones  prácticas. Sobre la teoría de la acción. Anagrama, Barcelona, 1997

Brogna P. Adultez, Trabajo y Discapacidad. Ed. Trillas - México, 2014. 

"Declaración de los Derechos del Retrasado Mental" - 2856 - (XXVI), en  Resoluciones s/   informes de la Tercera Comisión Asuntos Sociales. Humanitarios, Culturales y DDHH (pág. 99)  https://documents-dds-ny.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/333/34/IMG/NR033334.pdf? OpenElement  y http://research.un.org/es/docs/ga/committees

De Ketele J-M.- Observar para educar. Ed. Visor, Madrid, 1984.

Junta de Andalucía, Consejería de  Educación, Tutoría alumnado N.E.E. en la F.P. Básica. http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/web/tutoria-fp-basica/tutoria-alumnado-n-e-e-en-la-fp-basica

Ley N° 22.431/81 - Sistema de  protección integral de los discapacitados.

Ley 24.147/92 - Talleres  Protegidos para Trabajadores con Discapacidad, art. 1. 

Ley 26.378/08 - ONU-A/RES/61/106 - Convención sobre los Derechos de la Persona con Discapacidad - arts. 9 y 27 - CONADIS - 

OIT: Programa de Trabajo Decente, 1996/2016. www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_emp/
.../wcms_141376.pdf

RAE: trabajo - trabajar - incluir - http://dle.rae.es/?id=aBuhX28 

Vallejos A.- La historia o las  historias (in)visibles de la Inclusión Laboral de las PcD en Argentina, Rev. Margen N° 74, setiembre 2014, Bs. As.


1 comentario:

  1. Felicitaciones a Delia y al equipo de trabajo de APAND por los esfuerzos que realizan día a día para la inclusión de jóvenes en la formación laboral. Gracias por compartir esta experiencia... son un ejemplo a seguir!!!

    ResponderBorrar

Equipo 2023

Integrantes del Área de Discapacidad e Inclusión (2023) En la foto podemos observar a las y él integrante del equipo de izquierda a derecha:...